Cómo desarrollar una relación de ayuda sana siguiendo cinco puntos claves.
Primera clave para una ayuda sana:
Ayudaremos a quien claramente nos pide ayuda, o confirma que le viene bien nuestra ayuda, si se la hemos propuesto nosotros. No ayudaremos a quien no lo quiere. La ayuda, se pide o es ofrecida, pero nunca será impuesta.
Segunda clave para una ayuda sana:
La ayuda que proporcionamos será limitada en el tiempo y en su contenido. Procuramos definirla como tal. No firmamos un cheque en blanco. No generamos dependencia ni deuda moral.
Tercera clave para una ayuda sana:
La ayuda proporcionada tendrá que tener alguna contrapartida por parte del que la recibe. Descartaremos la formula “dar sin recibir” que no funciona a la larga. Por lo que le permitiremos a la persona devolver el favor de la manera que le sea posible.
Cuarta clave para una ayuda sana:
El ayudante nunca hará más de la mitad del camino, sino estaría invirtiendo los roles y descargando la persona de su responsabilidad de actuar. El ayudante enseña el camino, motiva, guía pero no carga con el peso de la acción.
Quinta clave para una ayuda sana:
La ayuda facilitará el desarrollo o el retorno a la autonomía. Sino, estamos prestando una asistencia que es otro tipo de relación, esta vez, radicalmente desequilibrada, donde el peso del esfuerzo recae en el que presta la asistencia porque la otra persona transitoria o definitivamente no puede hacerse cargo de sí misma.
Si este contenido acerca de cómo desarrollar una relación de ayuda sana te ha llamado la atención, o simplemente te interesa porque le ves aplicaciones prácticas en tu vida y quieres desarrollar más cada uno de los cinco puntos aquí descritos y ver cómo aplicarlos en tu vida… Entonces, entra en contacto conmigo, lo trabajaremos juntos.
Bertrand René Gerard
Psicólogo general sanitario.