Para empezar ¿Quién es Thomas Sowell?
Thomas Sowell es un economista, historiador, escritor y académico estadounidense. Nació en 1930 en Carolina del Norte y se crió en Harlem, Nueva York. Sowell es conocido por su trabajo en economía, historia y política, y es autor de más de 30 libros y numerosos artículos académicos.
Sowell fue profesor en varias universidades, incluyendo la Universidad de Cornell, la Universidad de California en Los Ángeles y la Universidad de Stanford. También ha trabajado como economista en el Departamento de Trabajo de los Estados Unidos y en la Comisión de Oportunidades Económicas.
Entre las obras más conocidas de Sowell encontramos: «Basic Economics: A Common Sense Guide to the Economy», «Race and Culture: A World View», y «A Conflict of Visions: Ideological Origins of Political Struggles» este último libro es el que nos interesa aquí: Un conflicto de visiones: Orígenes ideológicos de las luchas políticas.
Sowell es considerado un intelectual conservador y ha sido un crítico abierto del progresismo y del intervencionismo del gobierno. La teoría de las visiones de Thomas Sowell es una explicación de cómo las personas ven el mundo y cómo sus perspectivas y prejuicios influyen en sus opiniones y decisiones. A continuación describiremos los puntos importantes de la teoría de las visiones de Thomas Sowell:
Aportaciones de la teoría de las visiones de Thomas Sowell:
Hay dos visiones del mundo: la visión de la restricción y la visión de la utopía. Siguiendo la terminología empleada por Sowell. una visión es una premisa implícita, asumida inconscientemente cuando hablamos y pensamos. Podemos decir que conforma el marco general en el que damos sentido e integramos la información que procesamos con nuestra mente. Sowell describe dos visiones antagónicas del mundo que chocan como los polos opuestos y abarcan un abanico de gradaciones y matices entre ellas. Habla de una visión restringida del mundo en oposición a una visión no restringida del mundo. La visión de la restricción ve al mundo como un lugar lleno de limitaciones y problemas que necesitan ser abordados de manera práctica y realista. Por otro lado, la visión de la utopía ve al mundo como un lugar lleno de posibilidades y potencial, y cree que se pueden alcanzar soluciones perfectas a los problemas.
La visión de la restricción tiende a ser más conservadora, mientras que la visión de la utopía tiende a ser más progresista. Las personas que tienen una visión de la restricción tienden a tener una perspectiva más tradicional y enfocada en los hechos, mientras que las personas que tienen una visión de la utopía tienden a tener una perspectiva más progresista y enfocada en la posibilidad. Así, según la visión no restringida, la naturaleza humana es maleable, puede cambiar, es susceptible de desarrollo moral. Para la visión restringida, sin embargo, la naturaleza humana es imperfecta y no cambia. Algo que influye en las manera de entender el sufrimiento:
– Según Sowell, los adeptos de la visión no restringida consideran que el sufrimiento ocurre porque los demás no son tan sabios o nobles como uno mismo, porque no tenemos razones inherentes para ser infelices. Con lo cual, según la visión no restringida: el que quiere puede.
– Según la visión restringida, sin embargo, operamos dentro de límites por nuestra propia naturaleza (capacidades físicas, mentales…), por nuestro entorno (situación familiar, social, cultural, energética, sanitaria,…), y por las limitaciones de la misma naturaleza (disponibilidad finita de recursos, leyes de la física…), con lo cual se trata de hacer lo mejor que se puede con lo que se tiene.
Las visiones del mundo pueden influir en las decisiones políticas de una persona. Las personas con una visión de la restricción tienden a apoyar políticas más conservadoras, mientras que las personas con una visión de la utopía tienden a apoyar políticas más progresistas. Según el marco definido por Sowell en la diferenciación entre esas dos maneras extremas de aprehender la realidad del mundo:
– La visión de los utópicos, una visión no restringida, donde las soluciones a los problemas, las aportan unas élites sabias, de buena voluntad movidas por el interés común, es una visión de progreso necesario e ilimitado que tiende a considerar que todo es posible.
– En el otro extremo estaría la visión de los trágicos para quienes el mundo es restringido y limitado, donde las limitaciones de los recursos (energéticos, fósiles, humanos,…) de los que disponemos sobre-determinan (es decir que son el principal factor que determina) nuestras condiciones de vida, donde sólo existe un número determinado de soluciones a un problema, y donde lo mejor que podemos hace es escoger la menos mala.
Las personas con diferentes visiones del mundo a menudo tienen dificultades para entenderse y comunicarse entre sí. Las personas con una visión de la restricción pueden sentir que las personas con una visión de la utopía son ingenuas e idealistas, mientras que las personas con una visión de la utopía pueden sentir que las personas con una visión de la restricción son cínicas y negativas. La manera de resolver los problemas:
– Desde una visión no restringida resolver problemas es algo voluntarista y muestra fe en que los problemas se arreglan con el poder de la retórica, de la palabra y de la voluntad: es decir, hablando y queriendo. Ejemplificaría la idea de que “querer es poder”. Sin embargo, no estaríamos en una puesta en práctica del refrán que dice que “hablando se entiende la gente”, porque para los adeptos de la visión no restringida sus ideas les son tan obviamente verdaderas que no creen que alguien honestamente pueda llegar a una conclusión diferente de la suya. Con lo cual según Sowell, promueven el diálogo hasta que empiezan a aparecer conclusiones diferentes, momento en el cual caen en la descalificación del contradictor.
– La manera de resolver los problemas desde una visión restringida consiste en observar la vida, el dolor, las dificultades y crear instituciones que mejoren la vida lo más posible teniendo en cuenta que no existe una solución perfecta sino una aproximación por ensayo y error a través del contacto con la propia realidad. En otras palabras, los problemas se resuelven haciendo. Y se juzga a los demás por lo que hacen y no por lo que dicen o pretenden querer. Siguiendo la idea que las buenas intenciones se las lleva el viento.
Las visiones del mundo no son innatas, sino que se aprenden y se desarrollan a través de las experiencias de la vida de una persona. Las personas pueden cambiar su visión del mundo a lo largo del tiempo a medida que aprenden y experimentan cosas nuevas. Esto podría corresponderse con la idea según la cual las personas tienden a ser más liberales y utopistas cuando son jóvenes y se vuelven más conservadoras con los años, no por el mero paso del tiempo sino por su roce con la realidad. Como psicólogo entiendo la teoría de las visiones de Thomas Sowell como una manera de teorizar y explicitar las repercusiones a nivel político, social y económico de características individuales ligadas al grado de desarrollo moral:
– La visión no restringida por definición no quiere tener en cuenta los límites, algo propio de la infancia. La idea de que todo es posible recuerda la omnipotencia infantil. Se traduce en ideas políticas donde los líderes políticos actúan como figuras paternales. Su manera de entender la resolución de problemas se asemeja a recurrir al pensamiento mágico de los niños. Sowell nos describe claramente a las personas utopistas de la visión no restrictiva como personas inmaduras, infantiles con muchos ideales pero poco recorrido, aún susceptibles de evolucionar si se confrontan lo suficiente con el mundo real.
– Los pesimistas o dramáticos de la visión restringida parecen al revés como personas curtidas por los acontecimientos y cuyo roce con la realidad les ha llevado a desengañarse acerca de las intenciones de los poderosos, de sus posibilidades y limitaciones de acción en el mundo real, lo que les lleva a valorar más los pequeños actos concretos que los grandes ideales.
En resumen, la teoría de las visiones de Thomas Sowell destaca la importancia de comprender las perspectivas y prejuicios de una persona para comprender sus opiniones y decisiones políticas. De manera más general conocer el tipo de visión de una persona ayudaría a comprender su grado de madurez o inmadurez social. No se trata de pensar que una visión sea mejor que otra sino de ver como entender la visión del otro ayuda a tratar con él y a comprendernos mutuamente. Está claro que los adeptos de la visión no restringida necesitan un baño de realismo, mientras que los de la visión restringida necesitan encontrar espacios para soñar. Ningún extremo es deseable en sí. Precisamente porque siguiendo al aforismo de Niestszche: “Todo lo que es absoluto pertenece a la patología”.
Bertrand René Gerard
En el Centro de Psicología René Gerard, ayudo a unos y otros a escapar de los extremos y a acercarse a términos medios.