Posibilidad y probabilidad

Tabla de contenidos:

  1. Introducción
  2. Puesta en perspectiva: expectativas e indefensión aprendida
  3. Definiciones:
    1. – posibilidad
    2. – probabilidad
    3. – relación entre ambas
  4. Errores de evaluación
    1. – errores en la evaluación de la posibilidad

      1. expectativas irrealistas
      2. ignorancia e indefensión aprendida
      3. malinterpretación de las «condiciones de posibilidad»
    2. – errores en la evaluación de la probabilidad

      1. exceso de optimismo
      2. exceso de pesimismo
  5. Consecuencias prácticas


Probabilidad y posibilidad.

1. Introducción

Probabilidad y posibilidad son palabras que usamos de manera indiferenciada comúnmente. Sin embargo, presentan una diferencia conceptual fundamental como veremos a continuación. Una diferencia que reflejaremos a través del constructo de expectativas que manejan los psicólogos.

2. Puesta en perspectiva: expectativas e indefensión aprendida

Las expectativas son las esperanzas que tiene cada uno de que algo vaya a ocurrir en un futuro, tanto por obra nuestra como ajena. Las expectativas influyen en las emociones, en la motivación y por ende sobre nuestras acciones, incluso influyen sobre el desempeño cognitivo.

Para ilustrar esto os remito al experimento de psicología social realizado sobre la indefensión aprendida a partir de una sencilla tarea de anagramas.

VER EL VIDEO

¿Ya viste el video? Sí. Entonces, podemos seguir.

Como queda claro en este video de una clase donde se muestra el experimento social: la diferencia fundamental entre los dos grupos es la factibilidad o no de encontrar anagramas en los dos primeros anagramas ya que el tercer anagrama es identico en ambos grupos. En el grupo que tiene los dos primeros anagramas imposibles de realizar, de alguna manera, los alumnos tiran la toalla y se desploman las expectativas de encontrar el tercer anagrama. Es una situación de indefensión aprendida donde dejamos de esforzarnos por considerar que la probabilidad de éxito para nosotros es demasiado pequeña o es nula. En el grupo de los dos primeros anagramas fáciles, los éxitos previos potencian las expectativas de encontrar el último que es más difícil.

Definamos ahora los conceptos de posibilidad y de probabilidad para ver como se aplican al experimento de los anagramas.

3. Definiciones:

-A. Posibilidad:

Es un criterio dicotómico, o es 0 o es 1 si hablamos en términos de lenguaje digital. O algo es posible, o no lo es y decimos que es imposible. Tiene que ver con “ser o no ser”. No existe un término medio. Incluso cuando hablamos de posibilidades en plural: las posibilidades son mutuamente excluyentes. Puedo elegir entre varios caminos posibles, pero no lo puedo elegirlos todos al mismo tiempo.

-B. Probabilidad:

Es una dimensión, un grado, una amplitud. La probabilidad se enmarca en una infinidad de valores decimales entre 0 y 1 o entre 0 y 100 si hablamos con porcentajes. Cuando decimos que algo es improbable, no decimos realmente que no existe su probabilidad (en este caso sería imposible), sino que es poco probable que ocurra.

-C. Relación entre ambas:

Para que algo sea probable, primero tiene que ser posible. Algo que es imposible tiene una probabilidad cero de ocurrir.

 

4. Errores de evaluación:

Una vez que tengamos claros estos conceptos vemos (como se ejemplifica en el vídeo de los anagramas) que lo que importa no es sólo la posibilidad o la probabilidad en sí mismas, sino la percepción o evaluación que tenemos de las mismas.

-A. Errores en la evaluación de la posibilidad

Hay tres errores en la evaluación de la posibilidad:

-i. expectativas irrealistas: esforzarnos inútilmente en conseguir algo porque ignoramos que se trata de algo imposible,

-ii. ignorancia e indefensión aprendida: al contrario del anterior, ni siquiera intentarlo o dejar de implicarnos en algo porque pensemos que no es posible, cuando sí lo es.

-iii. malinterpretación de las «condiciones de posibilidad»: el tercer error de evaluación de la posibilidad que cometemos es el de no tener en cuenta o de sobregeneralizar las “condiciones de posibilidad” de algo. La vida humana no es matemática abstracta y las cosas cambian y evolucionan. Muchas cosas son posibles o imposibles no de manera absoluta sino en función de las circunstancias. Por ejemplo cuando exigimos o esperamos de un niño algo de lo que no es capaz porque aún no alcanzó ese hito en su desarrollo, o al revés considerarmos que las cosas van a seguir siendo como son por el mero hecho de ser así en un determinado momento, independientemente de las condiciones que las hacen posibles.

Podemos utilizar la metáfora del depósito del coche para entenderlo: -Imaginemos que un coche está circulando por una carretera hacia un destino que la cantidad de carburante que tiene en su depósito no le permite alcanzar. No tener en cuenta las “condiciones de posibilidad” de estar circulando, sería pensar que el coche va a seguir avanzando y llegar a destinación por el mero hecho de estar circulando en este momento. Es un error de sobregeneralización de las condiciones reunidas en un momento dado a las requeridas de manera absoluta.

Del mismo modo, no se pueden sobregeneralizar las condiciones necesarias para seguir vivo (respirar, beber, comer,… ) en un momento dado, a la idea de vivir indefinidamente.

-B. Errores en la evaluación de la probabilidad

-i. exceso de optimismo: cuando nuestras expectativas que pecan de optimistas. Perseguir un objetivo poco probable requiere optimismo, es decir buena fe de que: esfuerzo, pugnacidad, perseverancia, motivación, paciencia, o tolerancia a la frustración, van a dar sus frutos. Algo que se puede ver frustrado si nuestro optimismo nos lleva a realizar una estimación de probabilidad sesgada. Es el escollo del denominado “pensamiento positivo” que transmite mensajes como: “eres capaz de conseguir lo que te propongas” o “si lo quieres de verdad, puedes conseguir cualquier cosa”, como si la consecución de objetivos o la obtención de resultados fuese únicamente la consecuencia de una mente poderosamente optimista, independientemente de las condiciones vitales reales. Lo que podemos reconocerle al pensamiento positivo es que permite un empuje de confianza en uno mismo, que potencia: esfuerzo, pugnacidad, perseverancia, motivación, paciencia, y tolerancia a la frustración, pero, que se puede convertir en un arma de doble filo como en el anuncio de una famosa marca de neumáticos ya que: “la potencia sin control no sirve de nada”. Perseverar aumenta la probabilidad de éxito sí, pero no hay nada garantizado, y los fracasos pueden ser especialmente destructores para los que tiran la toalla después de haber creído ingenuamente que la probabilidad de éxito dependía únicamente de ellos ya que tenderán a considerar que sus fracasos también son responsabilidad íntegra suya .

-ii. exceso de pesimismo: cuando nuestras expectativas que pecan de pesimistas. El pensamiento positivo tiene el loable objetivo de evitar que cometamos el error inverso: pensar que las cosas son demasiado difíciles para nosotros porque infravaloramos nuestras capacidades y probabilidades de éxito.

5. Consecuencias prácticas

El pensamiento positivo cuando nos lleva a confundir los sueños con la realidad se convierte en un pensamiento mágico propio de mentes infantiles en las primeras etapas de desarrollo. Tanto el pesimismo como el optimismo son necesarios para tomar decisiones correctas. Tomar decisiones correctas es posible si las decisiones que tomamos son el resultado de un ejercicio de realismo, es decir de confrontar la realidad y sus condiciones de posibilidad cambiantes. Su objetivo es distinguir lo que es posible de lo imposible y lo que es más probable de lo que lo es menos, independientemente de nuestros deseos personales. Se trata descubrir nuestros límites, de valorar una relación coste-beneficio de tipo: esfuerzo-probabilidad, estimando la probabilidad de logro en función del esfuerzo a invertir. Y a partir de allí, aprender a dosificar en consecuencia el esfuerzo, disfrutar de los éxitos y aprender a tomarse los no-éxitos no como fracasos sino como fuentes de aprendizajes (sobre uno mismo y el mundo) y como fuentes de nuevos retos.

Bertrand René Gerard Maridor

Psicólogo general sanitario

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